
Existen muchos obstáculos para aprender y aunque es una contradicción, hoy los maestros observamos que desde los adultos no hacemos del aprendizaje una tarea amena, dulce para nuestros sentidos y crecimiento. Todo lo contrario, la institucionalización hace que los niños sean mera tabla raza donde deben consumir conocimientos y evacuar saberes.
La burocratización de la escuela descuida que se esta trabajando con el futuro y que en la medida que no le demos herramientas para humanizar a corto plazo, tendremos como consecuencia lo que subjetivamente les ofrecimos.
Por eso, desde esta humilde interpretación apelo a que hoy como padres, docentes, alumnos e instituciones reflexionemos y pongamos en marcha lo que es seriedad, responsabilidad y profesionalismo.
Al llegar al jardín ya dejaron los chupetes, pañales y los teteros, lo cual implica que ya se abstienen de ser bebés para ser niños de jardín.
Tal cual lo muestra, las ironías de la vida:
A los 3 años el éxito es... no hacerse pis encima.
A los 12 años el éxito es... tener muchos amigos.
A los 18 años el éxito es... tener carnet de conductor.
A los 20 años el éxito es... tener relaciones sexuales.
A los 35 años el éxito es... tener muchísimo dinero.
A los 50 años el éxito es... tener muchísimo dinero.
A los 60 años el éxito es... tener relaciones sexuales.
A los 70 años el éxito es... tener carnet de conductor.
A los 75 años el éxito es... tener muchos amigos.
A los 80 años el éxito es... no hacerse pis encima.
El tiempo pasa y al institucionalizar a nuestros niños y al colocar a los nonos en el geriátrico perdemos la simpleza de los niños y la experiencia de los mayores.
¿Y dónde queda como ayudamos a los niños que deben hacer el aprendizaje de la escuela y de la vida?
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